Es público y notorio que los rendimientos del capital en Europa, en los canales de inversión tradicionales considerados como más seguros tales como: fondos bancarios, deuda pública y otros, son muy bajos, llegando a menudo a rentabilidades cercanas a 0 y en algunas ocasiones incluso a rendimientos negativos, casos como el de la deuda pública alemana e incluso la española.
Ante esta realidad en la que además no se vislumbran perspectivas de cambio significativo a corto plazo la inversión en bienes inmuebles, viviendas, locales comerciales e incluso terrenos urbanos, aparece como una excelente alternativa segura y altamente rentable.
Hay que subrayar sin embargo que una inversión inmobiliaria nunca debería ser considerada en el corto plazo, sino más bien en el medio o largo plazo. Ello sin perjuicio de que en muchas ocasiones dichas inversiones puedan realizarse con altísimas rentabilidades en el corto plazo debido a “aceleraciones o calentamientos” puntuales del mercado, que si se saben aprovechar y gestionar debidamente pueden producir espectaculares rendimientos. Pero apostar a la estrategia cortoplacista en una inversión inmobiliaria conlleva el serio riesgo de verse atrapado en un cambio de ciclo o como mínimo en algún reajuste del mercado. Hay que considerar además que, al igual que el clima, el mercado inmobiliario en España no es ni mucho menos homogéneo. De la misma manera que puede llover en el norte y disfrutar de un sol radiante en el sur, o viceversa, puede darse un ciclo negativo en el oeste y justo su opuesto en el este. Es por esto, que la mejor medida anticíclica en una inversión inmobiliaria siempre será poder aguantar dicha inversión en el medio o largo plazo.
Históricamente, y más allá de algunas estadísticas que pueden no reflejar la realidad en su justa medida, los ciclos de depresión inmobiliaria nunca exceden de un periodo mayor de 8 años (la última, y probablemente la mayor gran crisis inmobiliaria en España desde los años 40, podríamos datarla entre el año 2008 hasta el 2015). Esto significa que aquel que tuvo la mala fortuna de invertir en un inmueble el “último día del ciclo expansivo” debería, en el peor de los casos, esperar como máximo 8 años para recuperar su inversión y esto, insistimos, en el peor escenario a considerar como es la última crisis sufrida. Subrayamos de nuevo que no podemos considerar el mercado inmobiliario en España como un mercado homogéneo y que por lo tanto si no se es un experto en dicho mercado el asesoramiento de profesionales reconocidos a la hora de realizar inversiones en este sector se hace imprescindible. Las opciones de inversión inmobiliaria pueden ser múltiples dependiendo del capital a invertir y de los objetivos de dichas inversiones, así como del perfil del propio inversor.
El grupo Costa3 está especializado en el asesoramiento y gestión de inversiones en el sector inmobiliario en el marco de la Costa Blanca.
En próximos posts de nuestro blog iremos desarrollando y analizando dichas posibilidades.